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EMBARAZO Y SUELO PÉLVICO, ¿SABES CÓMO CUIDARLO?


El camino a la maternidad suele ser una etapa muy especial, dónde la mujer se sumerge en un carrusel de cambios anatómicos, biomecánicos y emocionales.


Con frecuencia, no es hasta el primer embarazo, donde empieza a cobrar importancia el desconocido suelo pélvico. Pero, ¿en qué consiste el suelo pélvico? ¿cómo actúa durante la gestación?, ¿por qué debemos cuidarlo?






El suelo pélvico es el conjunto de músculos, ligamentos y tejido conectivo que se localizan en la base de la pelvis y cierran la cavidad abdominal por su parte inferior.


A medida que el bebé crece, dentro de la cavidad pélvica, el conjunto de estructuras del suelo pélvico debe soportar un peso cada vez mayor. Este exceso de presión se suma al efecto flexibilizador de la hormona relaxina, aumentando las probabilidades de debilitar el suelo pélvico.

La debilidad en el suelo pélvico puede desencadenar disfunciones durante la gestación y posteriormente tras el parto como: incontinencia urinaria, molestias o dolor en la zona abdomino-lumbo-pélvica, malestar en el periné, estreñimiento o diarrea, descenso de los órganos pélvicos, disfunciones sexuales, etc.


Es importante asegurarnos mantener un tono óptimo, pero también lo suficientemente elástico para ayudar al máximo al bebé en el momento del expulsivo y prevenir un desgarro o episiotomía.

A continuación, proponemos cuatro consejos o estrategias que te ayudarán a cuidar tu suelo pélvico durante el embarazo:


  1. Trabaja la postura, con ejercicios que permitan tonificar la musculatura profunda de la espalda, abdomen y suelo pélvico, manteniendo el área lumbopèlvica estable y libre.

  2. Evita el estreñimiento, ya que ejercerá un exceso de presión en la cavidad pélvica debilitando el suelo pélvico. Por ello, siéntate en el inodoro colocando las piernas ligeramente elevadas y realizando siempre las maniobras de esfuerzo acompañadas de una espiración con glotis abierta; sigue una alimentación adecuada, y practica actividad física con regularidad.

  3. Mantén la libertad de la pelvis. Los ejercicios de movilidad pélvica durante el embarazo y en el momento del parto permitirán un mayor control del dolor y favorecerán un parto más consciente y menos lesivo.

  4. Realiza masaje perineal. A partir de la semana 32-34 de gestación es recomendable iniciar el masaje perineal y, si no lo has hecho antes, el seguimiento de fisioterapia de suelo pélvico, para favorecer la elasticidad de los tejidos de cara al momento del parto.


La fisioterapia obstétrica permite acompañar y aconsejar a la mujer durante todo el proceso del embarazo, preparación al nacimiento y posterior recuperación postparto, brindándole las herramientas de prevención y tratamiento que le sean necesarias.


 

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